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Autonomías

Hace unos días, el exministro de Industria, Turismo y Comercio del PSOE Miguel Sebastián propuso modificar la organización territorial del Estado para reducir el gasto público, de manera que sólo haya tres comunidades autónomas, Cataluña, País Vasco y Galicia, y que las otras quince queden "diluidas". Yo soy un firme partidario de esa opción, sin duda ninguna.

Las medidas que propone este socialista son extremadamente interesantes y razonables, aunque es casi impensable que se lleven a cabo. El Estado de las Autonomías siempre me ha parecido una artificialidad más teatral que otra cosa, con catastróficas consecuencias en muchísimos casos, y escasas ventajas reales para la mayoría de cosas. Las llamadas "autonomías históricas" (Cataluña, País Vasco y Galicia) podrían estar integradas con el resto del Estado sin mayor problema si se articulasen medidas de sentido común que convirtiesen lo que hoy en día son barreras absurdas en "bisagras" para la convivencia natural de las personas.

Puede entenderse que las "autonomías históricas" sean poseedoras de características propias y diferenciadoras que las haga acreedoras de la condición de "especiales" con respecto al resto del Estado español, especialmente por la existencia de idiomas propios. Por tanto, es aceptable que estas regiones mantengan un cierto grado de autonomía a la hora de gestionar su patrimonio cultural o lingüistico, aunque no entiendo las diferencias tributarias, fiscales, sanitarias o en educación respecto del resto.

El gasto de las Comunidades Autónomas en tremendo, infinitamente mayor de lo que el ciudadano medio pueda llegar a pensar. Se trata de muchos gobiernos, gabinetes, consejeros, asesores, consejerías, gastos duplicados, leyes duplicadas, administración redundante, etc. Aún así, las incomodidades para el ciudadano son todavía más patentes para poblaciones como la nuestra, limítrofe con otras autonomías. Aquí, la lógica se desvanece por completo. Pues, ¿cual es nuestro hospital más cercano, el que siempre utilizamos, años ha, los caudetanos? ¿No es el de Yecla, a diez minutos? ¿O de dónde tienen que venir los bomberos, estando los de Villena a cinco minutos? ¿Y una UVI?

No sé vosotros, pero yo ventajas reales no le encuentro a pertener a Castilla La Mancha, como no se las encontraría a ser de Valencia o Murcia. Diferenciar de manera artificial no es bueno, y poner trabas por ponerlas en aras de no sé qué, me parece superfluo. No estoy en contra de identificarme como castellano-manchego, no se trata de eso. El que quiera tergiversar, puede hacerlo, pero estará equivocado. Aquí se trata de encontrar el sentido común a las cosas de nuestro día a día, y me gustaría que alguien me cuente las ventajas que supone ser miembro de una autonomía. ¿Quizás tener el Corpus como festivo en vez de San José? Pues para ese viaje, no hacían falta alforjas.

Hoy todos tenemos casi la obligación de sentirnos orgullosos de nuestra autonomía. Y yo me siento orgulloso de mi tierra, de mis gentes, pero me identifico igual con unos que con otros, y creo que a la mayoría le ocurre lo mismo. Pienso que las autonomías, para una gran mayoría, en la práctica, constituyen más un inconveniente que otra cosa, y a poco que pensemos en las múltiples administraciones a las que tenemos que enfrentarnos si vamos a estudiar en una u otra universidad, si tenemos que presentarnos a una oposición, o si precisamos documentación variopinta que afecte a más de una región, nos daremos cuenta de ello, si bien ya lo hemos aceptado como irremediable.

En el extremo de esta situación, es curioso que en Cataluña, por ejemplo, exista ese sentimiento de independencia del resto de España, pero a la vez, que lo que más les preocupe sea continuar perteneciendo a Europa. Es decir, que cuando lo que se pretende es abrir fronteras, quitar muros y facilitar las relaciones entre los paises y sus ciudadanos, algunos anhelan la fragmentación y el aislamiento por una mera cuestión política. Entendería que por alguna razón a la que no llego a entender decidiesen aislarse del mundo, pero que quieran separarse de España para luego querer estar presentes en todos los foros y estamentos internacionales no hay quien lo entienda.

Siguiendo con la cuestión catalana, la posición del PP está muy clara, pero el PSOE está confundiendo a la gente para tratar de conseguir el voto de unos y de otros, como es su obligación… Si por un lado dicen estar con la unidad del Estado, por otro lanzan la propuesta de modificar la Constitución. ¿Con qué fin? Por supuesto que se puede cambiar la Constitución, pero si lo que quieren es modificarla para abrir la puerta a la fragmentación, convendría que dejaran clara su postura desde un principio. Y si no es eso lo que quieren, pues que lo aclaren, porque hablar una y otra vez de "federación" o de que España pase a ser un "Estado Federal" está muy bien para salir del paso, pero nada tiene que ver con lo que pretenden los independentistas catalanes.

Pasar del actual estado de las autonomías a un estado federal supondría salir de Málaga para entrar en Malagón. No he visto cosa más absurda, inútil y superflua. Un estado federal sería lo mismo que tenemos ahora, pero dando otra vuelta de rosca a la burocracia y al gasto inútil. No hay reglas concretas para constituir un país federal, ni límites, ni más cortapisas que las que marca el derecho internacional, por lo tanto, sería volver a crear un nuevo estado de las autonomías… ¿para qué? Volvemos a lo mismo. Por favor, que me explique alguien las ventajas… o que alguien diga algo coherente. Porque si se me pone el ejemplo de Alemania, por supuesto: es federal. Pero que quede claro que su sistema es infinitamente más centralizado que el actual español.

En conclusión, el actual modelo territorial español no me convence. Un derroche inmenso con pocas ventajas para los ciudadanos. Un modelo de gobierno mucho más sencillo y operativo, sería para mí lo deseable. Comprendo que hay muchas opiniones distintas, y la mía sólo es una más, pero me ha alegrado ver que hay gente que piensa lo mismo.


Redacción - Caudete Digital

Miguel Llorens fundó Caudete Digital en el año 2000. Apasionado de la informática y de la comunicación, desde la creación de este diario local ha mantenido su vocación de informar y su espíritu de servicio público.