Más de 2.500 personas se concentraron ayer en el centro de Albacete para protestar por la situación de la Sanidad regional, que está propiciando «el cierre de camas, el deterioro progresivo y el aumento de las listas de espera», según denuncian los convocantes.
«Si en situaciones de crisis los recortes se siguen produciendo en contra de la sanidad pública, se está condenando a la población a la desatención y se está vulnerando su derecho constitucional a la prevención y a la protección de la salud», afirman.
Los convocantes de la protesta se han presentado como un grupo de enfermeras y técnicos en cuidados que trabajan «a pie de cama», al tiempo que han insistido en que no se encasillan bajo ningún nombre, plataforma o asociación. De hecho, la protesta estaba formada por personal sanitario, asociaciones, plataformas ciudadanas de los hospitales de Almansa y Villarrobledo, y pacientes, pero no por formaciones políticas o sindicatos, que brillaron por su ausencia.
Bajo el lema «Sanidad pública para todos», y guardando un minuto de silencio por las víctimas de la DANA, terminaba una protesta que, si bien ya se ha repetido en la puerta del Hospital General Universitario de Albacete, ahora se ha trasladado a las calles del centro de la ciudad.
Respecto al Hospital General de Albacete, lamentan «unas obras de ampliación que no acaban; las habitaciones con tres pacientes ‘hacinados’; que los sistemas de oxigenación son deficientes; techos que se caen y, en resumen, un hospital viejo y falto de espacio al que se le suman los recortes de personal. Y todo desemboca en unos pacientes que acaban siendo víctimas de los recortes».
«El silencio es nuestro mayor enemigo», han terminado diciendo, al tiempo que han dado las gracias a los asistentes.
Además, se leyó un manifiesto, que reproducimos íntegro a continuación.
MANIFIESTO
Existen muchas publicidades engañosas sobre la atención que se presta en el Sescam como, por ejemplo, el compromiso con la excelencia en la calidad de los cuidados y los planes de humanización y dignidad en la atención al paciente. Y decimos engañosas porque cualquiera puede comprobar que sus objetivos para nada se están cumpliendo. En la realidad diaria que vivimos no logramos ver los frutos de tal compromiso con la excelencia y cada vez podemos ofrecer menos calidad.
Nuestra intención, como sanitarios profesionales, es denunciar las graves carencias y deficiencias del sistema que repercuten negativamente en la calidad de la atención que podemos prestar, pues es nuestra responsabilidad y obligación ética y moral por más que se nos intente callar o desmentir.
Ya en la primera década de los años 2000 nos quisieron vender El Plan Director que describe un proyecto de ampliación del complejo hospitalario de Albacete en diferentes fases, incluida la reforma integral del hospital general. En 2010 dicho plan era ya una proyecto firme sobre la mesa, pero a finales de 2024 se puede comprobar que el hospital todavía no dispone de aparcamiento útil y que ningún edificio nuevo está terminado ni listo para uso y descongestión del viejo hospital.
Al contrario, lo que tenemos son infraestructuras que aquejan el paso de los años con un deterioro notable que necesita reformas urgentes:
- los aseos presentan graves deficiencias en cuanto a accesibilidad y tamaño
- la mayoría de habitaciones son de 3 camas lo que supone falta de intimidad
- hacinamiento, dificultad para el uso de grúas necesarias para movilizar a algunos pacientes y separación insuficiente entre las camas lo que impide la comodidad del paciente y dificulta la aplicación de nuestros cuidados; sistemas de oxigenoterapia deficientes
- sólo un aspirador de secreciones en la mayoría de las habitaciones
- cables de la luz y timbres que no llegan con holgura a todos los pacientes -circunstancia especialmente peligrosa cuando el paciente está aislado y sin acompañante, por el riesgo que le supone y la consiguiente angustia
- estructuras viejas, techos que se caen de vez en cuando en consultas y pasillos
- y un largo etc.
Evidentemente, el hospital se ha quedado pequeño con respecto al aumento de la demanda poblacional, siendo una prioridad su reforma y ampliación ya que es hospital de referencia. Y a la deficiencia en espacio se suma que, muchas veces, se tienen que bloquear e inutilizar camas por la necesidad de aislamiento forzoso de pacientes, ya que el hospital apenas dispone de habitaciones individuales. Habitaciones que, a la vez, son muy necesarias para asegurar la dignidad del paciente y de la familia en las difíciles situaciones de final de la vida y que, a día de hoy, no está asegurada.
El servicio de urgencias, que lleva años necesitando la ampliación de sus espacios y de su personal debido al aumento paulatino de la demanda poblacional, se vio gravemente afectado durante la pandemia covid-19 teniendo que remodelar espacios, al igual que ocurrió en las unidades de enfermos críticos.
A día de hoy los familiares siguen sin tener una sala de espera en condiciones. El servicio de limpieza cada vez sufre más recortes, el personal es insuficiente: en turno de tarde, una sola trabajadora para cuatro hemiplantas, y en turno de noche, sólo dos para todo el hospital; sus recursos materiales están muy limitados, y hablamos de productos básicos como jabón de manos, papel higiénico y papel de manos….
El servicio de lavandería y lencería habitualmente presenta problemas para abastecer de ropa limpia tanto a las consultas como a los pacientes ingresados.
Otra circunstancia que empeora la calidad asistencial es la Historia clínica informatizada de los pacientes, Mambrino XXI, que sustituye a la antigua historia clínica en papel. El programa precisa de una red wifi óptima que no se colapse por tener que soportar un sistema tan grande y, hoy por hoy, la red continúa siendo insuficiente.
Continuamente tenemos problemas para hacer nuestro trabajo, ya que dependemos totalmente del programa informático; los registros que debemos hacer son amplios y muy lentos, lo que reduce el tiempo que podemos dedicar al paciente y muchas veces, por tal complejidad, se pierde información. En las consultas de los especialistas aumenta el tiempo de espera y muchas veces son precisas varias visitas por falta de acceso a pruebas o por bloqueos del programa…
No es que pretendamos permanecer en la prehistoria, pero sí contar con un sistema de registro y consulta ágil y más adecuado a las características de nuestra actividad profesional.
Otro problema habitual es la falta de celadores. La edad de la población tiende al envejecimiento y con ello a la dependencia, aumentando el número de pacientes que precisan de ayuda humana y técnica para su atención: aseo en cama, transferencias de la cama al sillón, cambio de pañales, traslado de cualquier paciente a otros servicios, etc. para lo que es imprescindible el trabajo del celador. Son continuas las quejas transmitidas por el personal sanitario por la falta de celadores ya que su presencia se llega a reducir hasta un solo celador para cuatro hemiplantas en turno de noche.
También es necesario hablar de tantos recursos materiales insuficientes. Las pruebas diagnósticas están saturadas por las largas listas de espera, y esta situación empeora porque el aparataje muchas veces se rompe y, o no hay sustitución, o no es ágil la reparación de determinadas máquinas como la resonancia, el tac o la máquina portátil de rayos entre otras.
Y finalmente, la guinda del pastel. Queremos explicar las graves consecuencias que supone el aumento de los recortes en personal y dejar claro que la causa que nos mueve no es reivindicar mejoras laborales. El principal afectado por la falta de personal es el paciente/usuario y la atención de calidad. El pasado mes de junio rompimos el silencio cuando se produjo un recorte abusivo en la contratación de personal sanitario para cubrir incidencias y permisos, sufriendo, a la vez, la paralización de la contratación para cubrir las vacaciones de los trabajadores.
A finales del periodo vacacional supimos que no se iba a contratar personal para cubrir incidencias y otros permisos como mínimo hasta el 31 de diciembre de 2024. Durante estos meses, en algunas ocasiones la falta de personal ha sobrecargado al resto de la plantilla habiendo incluso trabajadores que han tenido que cubrir 5 turnos diurnos consecutivos de 12 horas, lo que disminuye su eficacia laboral y pone en peligro la atención de calidad.
Por tanto, la consecuencia más grave e importante de este recorte en contrataciones es que, automática y forzosamente, se está produciendo el cierre de camas de hospitalización por no poder asegurar la atención a todos los pacientes.
Ésto está derivando en el colpaso del servicio de urgencias que habitualmente funciona saturado, ya que tiene que atender en sus instalaciones a los pacientes que no pueden ingresar, quedando éstos retenidos en urgencias hasta incluso 48 o 72h horas en una incómoda silla o camilla si no disponen de una cama, como ya hemos podido comprobar durante el mes de octubre. Es una situación que resulta estresante y angustiosa, y muy lejos de alcanzar los objetivos de los planes de humanización y dignidad en la atención.
La situación de saturación habitual del servicio de urgencias viene siendo denunciada desde hace años sin darse solución y se debe, entre otros factores, al deficiente funcionamiento de la atención primaria cuyas listas de espera para la atención, tanto presencial como telefónica, oscilan, por lo general, entre los 7 y los 15 días, lo que obliga al usuario a acudir a urgencias en repetidas ocasiones y, a veces, con patologías ya complicadas que precisan de tratamientos incluso intensivos por no haberse tratado o derivado a tiempo…
Paralelamente, la falta de personal sanitario se está traduciendo en la reducción de la actividad asistencial en diferentes áreas médicas y diagnósticas: radiología, hospital de día, endoscopias, quirófanos, consultas externas y screening de diferentes patologías entre otros, con lo que las listas de espera, que ya están demasiado infladas, siguen creciendo.
Todos los problemas de salud son importantes; los que requieren revisiones y controles médicos y de enfermería son más importantes todavía, pero algunos son sumamente graves como los distintos tipos de cáncer y las enfermedades neurológicas degenerativas, entre otros, que precisan de un diagnóstico precoz para poder aplicar un tratamiento eficaz. No disponer de personal suficiente hace que el diagnóstico precoz se demore mucho en el tiempo con lo que muchas veces, desgraciadamente, los tratamientos ya no son efectivos.
Solamente en el servicio de endoscopias hay una lista de espera de aproximadamente 4 años para la realización de una endoscopia que puede diagnosticar a tiempo un cáncer de colon, de estómago o de esófago, dato que es alarmante y desesperanzador.
A estas alturas nadie nos tiene que explicar lo que es una crisis económica ni una crisis sanitaria, pero tampoco lo que son las gestiones deficientes de los presupuestos.
Si en situaciones de crisis los recortes se siguen produciendo a estos niveles en contra de la sanidad pública, se está condenando a la población a la desatención y se está vulnerando su derecho constitucional a la prevención y a la protección de la salud, ya que los diagnósticos precoces y los tratamientos eficaces se están impidiendo.
Este país es afortunado por disponer de un sistema sanitario público que asegura la atención a todos, y permitir que se acabe con él es despreciar nuestra gran suerte.
La situación es más crítica de lo que nos quieren dejar ver y nuestra sanidad pública necesita de la ayuda de todos, necesita del apoyo y del esfuerzo de todos los trabajadores y de todos los usuarios.
Y ¿cómo ayudamos los usuarios y los trabajadores?, pues denunciando siempre, por más difícil que nos lo pongan, las deficiencias y las injusticias que vulneran los derechos de los usuarios, recordando que usuarios somos todos.
El silencio es nuestro mayor enemigo. Como dice el refrán: «el que calla, otorga», por eso tenemos que dejar constancia de todas nuestras quejas y reclamaciones a través de los medios y registros habilitados para ello, para que no pasen desapercibidas ante la administración y poder empezar a cambiar las cosas.
AGRADECIMIENTOS
Queremos agradecer la asistencia a todos los que estáis hoy aquí, y también a todos los que querían haber estado y que por sus circunstancias particulares no han podido acompañarnos: enfermos, familiares y trabajadores sanitarios y no sanitarios que están trabajando en este momento.
También dar las gracias a todas las personas que han hecho posible esta manifestación: organizadoras, compañeros, familiares y amigos. A Zenor Audiovisual, que nos ha hecho un precio especial, al igual que la copistería El Cid de Albacete y la imprenta Ok Publicidad de La Roda.
Gracias a todos los que han y habéis colaborado en la difusión fiel y sana de esta convocatoria, entre ellos Diario Sanitario y RM radio en su programa matinal «Ay Señor».
Desde aquí hoy también queremos dar las gracias a tantos profesionales cuya responsabilidad e integridad guían su labor. Gracias por luchar a diario para mejorar las condiciones de los equipos y por intentar asegurar la mejor asistencia al paciente/usuario en la medida de sus posibilidades.
Agradecemos la asistencia de aquellos miembros de las asociaciones sociosanitarias que hayan podido venir, porque son un colectivo que especialmente sufre las deficiencias en la gestión de los presupuestos destinados a la sanidad pública.
Y, para terminar, damos las gracias a este maravilloso grupo de batucada «LOS SAMBASORES», que ha querido unirse, con su son de tambores, a esta llamada a la defensa de la sanidad pública.
GRACIAS