Escribir es un estado de ánimo. El mío ha sacado bandera blanca a la espera de poder opinar sobre algo que me llame la atención, de escribir sobre algo que considere interesante. Porque a veces, uno tiene la sensación de que hay muy pocas cosas que merezcan realmente la pena. Pero haberlas, haylas.
Me sorprendo leyendo en la prensa que Paquirrín se ha hecho una reducción de estómago. Me pregunto si el muchacho estará bien, o si los 10.000 euros que se ha gastado no le servirán de nada. Tal vez no esté psicológicamente preparado para una reducción de estómago y ahora la ansiedad no le permita trabajar. Sería una tragedia…
En realidad, buscaba algo enmedio del sopor veraniego que me entretuviese, pero ni las tonterías de Puigdemont, ni siquiera las de Trump, despiertan ya mi curiosidad. Lo de Paquirrín casi se podría definir como una bomba informativa.
Porque leer también es otro estado de ánimo. Muchas veces no tengo estómago (y el mío no está reducido) para leer casi nada. De vez en cuando, porque la mente está lejos. En esos casos, lees una y otra vez el mismo renglón, hasta que te duermes o hasta que un click te hace salir del ciclo sinfín. Otras veces, porque eres plenamente consciente de la manipulación diaria a la que se nos intenta someter con total impunidad. En ocasiones, se te quitan las ganas de leer cuando tienes que ir desbrozando las palabras de los insultos. Me pregunto dónde quedó el respeto hacia los demás, y por qué mis gatos son mucho más humanos que muchos humanos.
Antes, en escuela, nos enseñaban a leer y escribir. Era lo mínimo que se necesitaba para no ser un analfabeto. Pero, ni leer es sólo conocer las letras que pasan delante de nuestros ojos, ni escribir se limita a juntar letras. Ambas cosas son difíciles. Interpretar correctamente lo que se lee es señal de cultura. Pero la escritura es como un coche: nos puede llevar a sitios maravillosos, pero también puede causar mucho daño. Y hoy escribe tanta gente sin carné… que da pena leer muchísimas cosas.
Hoy parezco un poco La Vecina Rubia… #pelazoesloquemegustariatener #mebajodelavida #nosesiborrarlotodo #madredelamorhermoso
Definitivamente, no estoy ni para escribir, ni para leer otra cosa que no sea un buen libro. El verano es así, y este en concreto, más todavía.
Disculpen ustedes estos cinco minutos de paranoia.