Etapa 4 – 26 de abril de 2018
Cuando me despierto, descubro que mi ropa sucia de ayer ya estรก perfectamente limpia en una bolsa. Juliana llevรณ su ropa y la mรญa a una lavanderรญa que hay enfrente del hotel, y me ha dejado la bolsa junto a mi litera. Ella ha salido con antelaciรณn, seguramente con la intenciรณn de que la alcance a lo largo del dรญa. No quiere entorpecer mi marcha, ni la de ningรบn compaรฑero. ยกUna gran peregrina, Juliana!
Mis pies ya me duelen de una manera terrible. Descubro heridas en los dedos pequeรฑos que empiezan a estar en carne viva, asรญ como mรกs ampollas. Una carnicerรญa, vamos. Cuando salgo a la calle, busco una farmacia, pero estรกn cerradas. Mis amigos Martรญn y Josรฉ se unen a mi bรบsqueda, y encontramos una farmacia, por fin, abierta.
Compro Betadine, tiritas para ampollas,… Me llevarรญa toda la farmacia, de lo mal que me encuentro. Pero hay que dejar de lamentarse y seguir: Borres nos espera.
Una de las lecciones que aprendes aquรญ es que lamentarse, no sirve absolutamente para nada. Maldecir la mala suerte que tenemos si sufrimos ampollas, por ejemplo, es del gรฉnero tonto. Cuando uno decide venir, tiene que hacerlo conociendo las posibles consecuencias. Y si no las conoce, da igual: resuรฉlvelas, o vuelve a tu casa. Pero no pierdas el tiempo en lamentaciones.
A la salida de Tineo le digo a mis amigos que sigan, porque necesito hacerme una cura de pies con el material que he comprado en la farmacia. Me siento en un banco, me armo de paciencia y, poco a poco, voy parcheando mis ruedas.
En veinte minutos, empiezo a caminar de nuevo. Al poco de abandonar Tineo, una subida que va in crescendo me lleva hasta el collado de La Guardia. La ruta es muy hermosa, si bien, como suele ocurrir, llegar a lo alto se hace duro. Por fortuna, este dรญa serรก el รบnico punto en alto que tenga que atacar.
A mitad de etapa coincido con Francois y Alejandra, de Francia. Vamos hablando, y me explica Francois que hace fotografรญa, pero sรณlo en blanco y negro. Ademรกs, con carrete, a la antigua usanza. Ha escrito libros sobre este tema, y tambiรฉn sobre tauromaquia. Habla perfectamente el espaรฑol, y me confiesa que lleva en la mochila kilo y medio de carretes.
Al llegar a Lavadero – Fuente de Villaluz, nos encontramos con Mirla, una peregrina venezolana que decidiรณ hace un tiempo instalar allรญ un puesto, digamos, de avituallamiento. Muy simpรกtica y locuaz, nos resuelve las dudas que tenemos, especialmente con la jornada del dรญa siguiente, que serรก la mรญtica Ruta de Hospitales, o bien la alternativa, por Pola de Allande.
Mirla tiene fruta, frutos secos, chocolate, agua… A todos los peregrinos les ofrece lo que tiene de manera gratuita, aunque puedes hacer un donativo, si quieres. Dejo unas monedas y cojo chocolate y un plรกtano, mientras hablamos con ella. Es una apasionada del Camino, y parece que ha decidido no abandonarlo, por lo que se encuentra muy a gusto ayudando a todo el que pasa por allรญ.
Seguimos marcha, y llegamos a Campiello, donde estรก Casa Herminia, muy conocida en el Primitivo. Recuerdo que hace once aรฑos estaba enfrente, pero ahora estรก todo nuevo, con restaurante y supermercado muy bien surtido. Tomamos unas caรฑas, y algo de aperitivo, y Alejandra aprovecha para comprar un bastรณn, ya que ambos caminan sin ningรบn apoyo extra.
En ese punto me llegan noticias de Juliana… Y no son buenas. A travรฉs del mรณvil, los argentinos me comentan que la han alcanzado, pero le sangran los pies. Entre lรกgrimas, ha pedido un taxi, que la llevarรก a Pola de Allande, e intentarรก continuar al dรญa siguiente. Hablo con ella, y estรก abatida, pero le explico que su Camino sigue. Una emergencia como la suya hay que solventarla, y un taxi es una buena opciรณn. No pasa nada por ello.
Llegamos a Borres, un pueblo muy pequeรฑito, y hacemos nuestra inscripciรณn en el bar. Pero, ยกvaya por Dios!, en el albergue no hay agua caliente. Segรบn nos explica la seรฑora, se estropeรณ el dรญa anterior, y el ayuntamiento todavรญa no lo ha solucionado.
La soluciรณn mรกs honrosa es un lavatorio por partes. Y maรฑana, ya veremos…
Hablamos entre todos de la etapa del dรญa siguiente. Todos queremos hacer la Ruta de Hospitales, pero esta etapa conviene hacerla con buena meteorologรญa, ya que no sรณlo es muy dura (se sube hasta los 1.200 metros), sino que en 30 Kms. no hay ni agua. Hay que ir preparados, y aรบn asรญ, si hay niebla es peligrosa. Por supuesto, no es nada recomendable hacerla en solitario.
La alternativa es por Pola de Allande. Tambiรฉn es dura, porque en la parte final se sube el durรญsimo Puerto de El Palo, pero transcurre por zonas habitadas y la meteorologรญa no es tan extrema.
Josรฉ, Martรญn, Francoise, Alejandra y yo dejamos la decisiรณn para la maรฑana siguiente, cuando comprobemos quรฉ tal aparece el dรญa.
Hilo y aguja
Fundamentales en el equipaje. Las ampollas suelen aparecer, antes o despuรฉs. En ese caso, el procedimiento consiste en atravesar la ampolla con la aguja, y dejar un hilo que sobresalga por ambas partes.
A continuaciรณn, se coloca una gasa junto a la ampolla, y se aprieta para extraer el lรญquido. El hilo harรก que el lรญquido que se vaya produciendo en los dรญas posteriores drene hacia el exterior, por lo que no se volverรก a hinchar, y harรก que se seque mรกs rรกpido.
Este trabajito conviene que lo haga el propio afectado, aunque a muchos (incluรญdo yo) les dรฉ un poco de grima. Si lo hace uno mismo, enseguida notarรก si ha clavado demasiado la aguja, mientras que otro puede hacer daรฑo al afectado.