El presente año hidrológico, que comenzó el pasado 1 de octubre, con 160 mm ó L/m2 caídos como media en la provincia de Albacete hasta el 10 de abril, lo convierten en un año seco respecto a la media de los últimos 15 años, con 220 mm, y muy lejos de los años muy húmedos como el 2012-2013 que superó los 300 mm.
Esta precipitación, además, ha variado mucho de unas zonas a otras, yendo desde los 205-216 mm en la zona de Tarazona, Motilleja y Villarrobledo, al entorno de los 150 mm en áreas de La Gineta y Almansa, bajando a sólo 89-96 mm en zonas como Caudete u Ontur, aunque hay que reconocer que abril ha comenzado muy bien y está suponiendo un alivio importante para los cultivos los 23 mm caídos de media (aunque varia entre 10 y 40 mm en las distintas zonas), justo cuando más lo necesitaban, al inicio de su crecimiento primaveral, donde además están ayudando las temperaturas suaves.
Desde el año 2014 estamos en época de sequía (con sólo 224 mm) y no nos hemos terminado de recuperar, a pesar de que el año 2015 fue normal (con 380 mm), pero tanto el embalse de Alarcón en el Júcar (al 55% de su capacidad), con los de Entrepeñas y Buendía (al 20 %) de su capacidad, están muy por debajo de la media de los últimos 5 años, e incluso del año pasado por estas fechas.
La situación de los grandes acuíferos no es tan alarmante, dada la mayor inercia y capacidad de almacenamiento, pero sí la de los acuíferos pequeños, y esperemos que se cumplan las buenas perspectivas de mayo (clave para el cereal de secano y los demás cultivos), aunque de momento no tenemos estimaciones precisas para ese plazo.
Fuente: José María Tarjuelo. Director del Centro Regional de Estudios del Agua. Universidad de Castilla-La Mancha