Tal vez sería deseable un ejercicio de autocrítica por parte del Partido Popular, una explicación clara y llana de la situación, admitiendo la imposibilidad de mejorar, hoy por hoy, esas cifras dramáticas. Pero más aún sería deseable una aportación de ideas por parte del PSOE que contribuyesen a mejorar la situación, antes que tratar de sacar tajada política de un tema tan sangrante. En su valoración de las cifras del paro, el PSOE local se aventura a dar explicaciones que son lo más pesimistas posible: que la gente ya no se apunta al paro y por eso hay menos parados en España, que los españoles se van de España y por eso también se reduce el número de parados, o que los empleados a media jornada son "medio parados".
Ante tal inyección de moral a la gente, con argumentos tan elaborados, poco se puede decir. A mí, simplemente, no me parece lo adecuado. Me consta que también lo hizo en su momento el PP, y tampoco lo comparto. Los gobernantes, de un color o de otro, estoy seguro de que tienen siempre la prioridad del bienestar de sus conciudadanos, y lo primero para eso es que tengan empleo. Pero eso de tirarse a la cara a los parados, me parece bochornoso.
Es cierto que la situación sigue siendo muy mala, desesperada para muchas familias. Caudete no ha podido generar empleo en los tres últimos años, como tampoco se creó en la última etapa socialista. Nuestra población sufre de manera intensa unas tasas de desempleo inasumibles, y esta es una realidad que no podemos obviar. Las medidas adoptadas para paliar la situación han dado algunos resultados positivos, pero no al nivel deseable, puesto que la única esperanza para que haya empleo de calidad no reside en otra cosa que no sea la implantación de empresas.
Para colmo, la crisis ha degenerado en un bloqueo áspero entre los empresarios y la banca. Si el negocio de los bancos ha sido siempre prestar dinero a la gente para que se lo devuelva con intereses (o decidme si no es eso, en realidad, la base de la banca…), hoy nos encontramos con que esa rueda del motor económico está trabada: los bancos no permiten a las empresas iniciar su actividad, a pesar de que todos los ciudadanos de este país hayamos contribuido a su famoso "rescate". Es muy tímido todavía el dinero puesto en circulación, hay miedo a los fantasmas del pasado, pero, sin embargo, las cuentas de resultados de las entidades financieras españolas han dado, ya en 2013, muy buenos dividendos. ¿No hay algo aquí que está fallando?
Nuestro sistema financiero se está "reforzando" con inversiones en el extranjero, con operaciones en paises emergentes, por ejemplo, pero parece que este juego le está gustando demasiado y prefiere los pingües beneficios que esto le está reportando sin atender una parte vital de su responsabilidad con el país. La parte que actualmente destinan a créditos sigue siendo demasiado baja, y sólo se da dinero a quien no lo necesita, es decir, a aquel que tiene tal estabilidad económica que no tiene por qué acudir a un banco.
Así las cosas, sólo nos queda la economía de supervicencia. Ay, si hoy volviésemos de un plumazo a la situación del día a día de hace diez años, seguro que no nos lo creeríamos…