El 28 de noviembre de 2014, cinco sujetos siguieron a un camionero porque sabían que llevaría encima 100.000 euros, y decidieron robarle. Lo pararon en Caudete, se hicieron pasar por Guardias Civiles, le robaron, y luego… «oyeron» unos disparos, y el camionero cayó muerto. Tras un trabajo magistral de la Guardia Civil (esta vez, los de verdad…), que pudo probar cada uno de los movimientos de estos individuos el día de autos, fueron detenidos. Se acaba de realizar el juicio, y la sentencia es… la absolución de los cinco, porque no se puede determinar quién es el culpable. Es cierto que se condena a dos de ellos a cinco años de prisión y un día de cárcel, y al tercero a cuatro años y medio y un día de cárcel, al considerarles culpables de los delitos de robo, daños y encubrimiento.
Hasta aquí, los hechos. Y a partir de aquí, mi opinión.
Algo falla, y mucho, cuando pueden ocurrir estas cosas en nuestra sociedad. Es comprensible la desconfianza, la indignación y el estupor de los ciudadanos de a pie, que no podemos entender este tipo de sentencias. ¿Cómo se sentirán los familiares o los amigos del camionero? ¿Cómo se sentirán quienes han estado investigando el caso, que han podido resolverlo brillantemente, poniendo a disposición de la Justicia a los culpables? Sí, esa misma Justicia que ahora no ha sido capaz de dar una respuesta coherente a la ciudadanía.
Ya sabemos que somos torpecicos, que las cosas de los fiscales y abogados no las entendemos, que la Ley no es para el populacho, según nos dicen frecuentemente… Sin embargo, sí se ponen jurados populares, como en este caso, que, por cierto, no pudo dar su opinión respecto a los acusados, porque antes fueron puestos en libertad por el juez, al considerar éste que no se podía determinar la autoría del crimen.
Quedan muchas preguntas en el aire, y muchas dudas respecto a la eficacia de nuestro sistema judicial. ¿Se puede entender, pues, que un asesinato grupal quede sin condena con cierta facilidad? Si fueron cinco los que participaron en el robo y asesinato, ¿no puede imponerse la misma pena a todos, antes que no establecer ninguna por la muerte de una persona? Una cosa es que el sistema sea garantista, y otra que sea ineficaz.
La sentencia indica que los condenados no participaron en la muerte del camionero, pero, a la vez, que «ocultaron e inutilizaron las armas, el vehículo y demás instrumentos utilizados». Desde luego, no dilucidar un culpable, o varios, lo entiendo como un fracaso que solo favorece a los asesinos, y que remata a las víctimas.
Estoy seguro de que esta sentencia es consecuente al ordenamiento jurídico actual. Pero ante la plena seguridad de que el asesino, o los asesinos, está entre los cinco, y que el problema reside solo en determinar cual de ellos fue, en concreto, el que acabó con su vida, resulta inverosímil que la solución sea dejarlos a todos en libertad.
Caudete Digital