Nadie duda de que disponer de un sistema sanitario público potente es lo ideal. Y el sistema español, afortunadamente, no es de los malos. Pero una ayuda, venga de donde venga, siempre viene bien, y es de agradecer.
Pero ya ni me extraña que haya voces que critiquen el que Amancio Ortega done 320 millones de euros para material destinado a la lucha contra el cáncer, material y aparatos que, de otra forma, habría sido difícil conseguir tan rápido. O, simplemente, conseguir. Porque pese a que la Sanidad española tiene un nivel bastante alto, con sus luces y sus sombras, el presupuesto es el que es, y no se pueden acometer inversiones todo lo rápido que a todos nos gustaría.
Pues bueno, una vez conocida la noticia, no han faltado personas (dudo que ninguna de ellas sufra cáncer, por suerte para ellos) para criticar al empresario: rechazan lo que ellos llaman «caridad» y critican que sólo dona el 0,3% de su fortuna. Y más cosas… Al final, todo queda en odio personal hacia el empresario, y son los mismos que, a fin de cuentas, sienten odio hacia todo aquello que les rodea. Lo vemos a diario en las redes sociales: vivimos rodeados de gente amargada, escondida muchas veces tras perfiles falsos, que usan el teclado para escupir su bilis. Pobres…
Amancio Ortega supo hacer negocios y muchos se lo reprochan. ¿Empresario perfecto? Seguramente, no. Pero hoy, miles de personas en todo el mundo trabajan gracias a sus empresas, y a ninguno de sus trabajadores les apetece dejar su empleo, pese a las críticas de que paga poco (está en la media del comercio de nuestro país, más bien un poco por encima). Pero ya sabemos que en nuestro país somos muy aficionados a la envidia insana, y a cabrearnos por la felicidad ajena.
Yo doy las gracias a Amancio Ortega por su gesto, que no todos tienen. Me da igual que lo haya hecho público o, como dicen algunos, que sea un lavado de cara. Esos millones van a salvar, seguro, alguna vida. Y eso es lo verdaderamente importante. Los enfermos de cáncer seguro que agradecerán disponer de buenos equipos cuando vayan a tratarse, y sus familias también. Mientras tanto, estoy de acuerdo en que se mejore el sistema de salud cuanto sea posible y que Inditex pague mejores sueldos a sus trabajadores, pero yo no voy a ser egoísta por el sólo hecho de que no estoy enfermo de cáncer (y ojalá nunca lo esté).
Cada día nos encontramos con campañas para recaudar fondos contra el cáncer. Aquí mismo, en Caudete, dentro de unos días celebraremos la carrera Marea Rosa para ayudar a la asociación ACALUCA. Natacha López y David Serrano recorren el mundo participando en maratones para, también, recaudar fondos para esta causa. Y miles de iniciativas tratan de recoger dinero para luchar contra el cáncer, una enfermedad que afecta a miles de personas en nuestro país. Sin embargo, se critica que el ciudadano Amancio Ortega haga una donación que, con mucha diferencia, será la mayor que se consiga para esta lucha sin cuartel.
¿En qué mundo vivimos?
