Aunque desde hace meses estamos escuchando en las noticias hablar del EI (Estado Islámico), todavía Occidente no es consciente del alcance y del peligro real que supone esta amenaza para el mundo. Dirigida por los fundamentalistas islámicos más radicales, el Estado Islámico está formado en este momento por un territorio parecido al de Gran Bretaña y un ejército que, aunque oficialmente se estima en 10.000 combatientes, algunos analistas cifran en más de 100.000 soldados.
Todos pensamos que con los bombardeos que, tanto EEUU como otros paises de la coalición, han iniciado hace unas semanas sobre zonas de Siria, el futuro de EI tiene las horas contadas. Sin embargo, si uno investiga un poco, enseguida se da cuenta de que esto no es una guerrilla, no se trata de un grupo de radicales mal dirigidos. Muy al contrario, estamos hablando de un ejército en toda regla, con mucho dinero y, por tanto, bien dotado, y, sobre todo, con una brutalidad que va mucho más allá de lo que el mundo occidental es capaz de entender, y de asumir. El religioso fundamentalista Anjem Choudary, que vive en Inglaterra, ha dicho recientemente «Es imposible derrotar a quienes aman la muerte tanto como ustedes adoran la vida».
Esa frase es la clave para entender porqué reclutan a niños de 10 años para utilizarlos como soldados, escudos humanos o para perpretar salvajes atentados suicidas. Logran embaucar a muchas mujeres jóvenes occidentales, que viajan a Siria para alistarse a su ejército, pero que acaban casadas, violadas y rápidamente embarazadas para expandir lo antes posible el reino de terror que persigue el EI. Y es la clave para entender las acciones suicidas y brutales de unos soldados exentos de miedo a la muerte, cegados por el odio en el que basan su vida para conseguir los objetivos que marcan unos líderes que son poco menos que dioses para ellos.
Al Andalus, nuestra Andalucía, es uno de esos objetivos. Puede parecer una broma, pero para el Estado Islámico Andalucía les pertenece, es tierra musulmana, y está entre sus prioridades conquistarla. Parece que hablemos de nuestros "Episodios caudetanos", pero el mismo radical Anjem Choudary hablaba hace poco de la rápida invasión de Tariq y de la necesidad de volver a dominar Hispania. La prensa islámica también está haciendo llamamientos a la conquista de Roma y del Vaticano, pues para ellos representan Europa y el Cristianismo global, y pide "ejecutar a cuantos más cristianos, mejor" y a "romper todas las cruces".
Todo esto puede parecer exagerado, pero el pasado día 7 de octubre se quemó una iglesia en Alemania a manos de islamistas, y los grupos yihadistas de la India están pidiendo "autorización" al Estado Islámico para poder atacar y matar en su país a los no musulmanes. Pero hoy, en este momento, se están masacrando cristianos en Oriente Medio, y se ejecutan a diario a hombres, mujeres y niños por no ser musulmanes. El estado de terror en el que se ha convertido toda la región nos ha hecho retroceder cientos de años, y la barbarie campa a sus anchas en nombre de Alá.
El mundo se enfrenta a la peor evolución posible de Al Qaeda. Tanto EEUU como el resto de paises aliados han iniciado acciones militares, pero la sociedad occidental, pese a las brutales ejecuciones de periodistas, o las imágenes tremendas que aparecen en los telediarios, todavía ve el peligro lejano, y aún criticaría duramente una intervención militar terrestre en la zona. Evidentemente, eso ocurriría cuando volviesen a "tocar" directamente a la sociedad americana, algo de lo que EI, seguramente, se guardará de hacer para evitar, precisamente, una escalada en los ataques.
La inteligencia visceral de la que hace gala Estado Islámico le permite conocer mejor Occidente, que Occidente al mundo yihadista. Sus acciones son brutales, pero bien dirigidas. Occidente todavía duerme, pero tal vez un día despierte muy sobresaltado.