La cárcel Alicante II, en Villena, vive desde hace tiempo una situación que los propios trabajadores califican como de «ingobernabilidad», especialmente en el conocido como módulo de Aislamiento, donde están los presos más peligrosos por perfil y por delitos.
Son 34 internos primeros grados y multirreincidentes, y los trabajadores aseguran que reciben agresiones y amenazas sin que los reos reciban el correspondiente reglamento penitenciario. Esto se traduce en una «insumisión» absoluta en el módulo más complejo de la cárcel, según indican fuentes de la propia prisión.
El origen del problema, señalan, es la actitud «relajada» de la dirección del centro penitenciario, reacia a aplicar las medidas correctivas reglamentarias. Fuentes de la cárcel subrayan que la dirección no quiere problemas, ni llamadas al orden desde Madrid, ni que que un juez inicie una investigación, así que hay instrucciones para tener manga ancha.
Entre los incidentes más graves ocurridos últimamente, destacan la agresión a una enfermera con un cubo de agua con lejía, o el destrozo de un locutorio por parte de uno de los presos, tras lo cual se le puso otro a su disposición, sin la sanción pertinente. Además, no entran del patio hasta que ellos lo deciden, y esto, por el momento, tampoco les acarrea sanción alguna. Las amenazas de muerte también son continuas, no sólo hacia los funcionarios, sino también hacia sus familias. Y temen que la situación empeore.
La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, por su parte, defiende que se aplica el reglamento en la prisión en los casos que son necesarios. Así, ha destacado que el reo que lanzó a la sanitaria un cubo con lejía (que arrastra una patología mental) ya está en el régimen más restrictivo posible.