Entrevista publicada por «La Cerca» –
«La Asociación de Empresarios de Caudete (ASECA) se constituyó en Asamblea General del 28 de enero de 2004, como órgano de representación, gestión y defensa de los intereses profesionales de los empresarios que ejerzan actividades económicas en el término municipal de Caudete. Con el fin de fomentar y defender el sistema de iniciativa privada y economía libre de mercado, prestando asesoramiento a sus asociados en sus derechos y deberes, representándolos y defendiéndolos ante las autoridades locales, provinciales, autonómicas y estatales, se trata de un colectivo integrado en la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA). Hoy nos acompaña Juan Francisco Arrés, presidente de ASECA.
Comienza explicando que “a pesar de que éste es un año un poco paradójico por el tema político… la verdad es que para Caudete va a ser un año muy bueno; como en casi cualquier rincón de España, esta crisis ha dejado mucha merma y muchas empresas que han quedado por el camino… y Caudete era un municipio muy ligado al sector de la construcción (siempre han abundado oficios como el del yesaire y el tabiquero), de modo que la crisis hizo muchísimo daño al ser el sector más perjudicado… eso nos ha llevado a tener que reinventarnos y salir hacia adelante buscando la forma de ganarnos la vida en otros sectores”.
Un reto que, poco a poco, han logrado ir alcanzando y del que nos habla a lo largo de esta entrevista. Antes, Juan Francisco explica que Caudete venía teniendo unos 10.500 habitantes de los que la crisis hizo perder en torno a 350 (sobre todo, personas de nacionalidad extranjera que trabajaban en actividades ligadas a la construcción); en cuanto a datos de paro, se muestra satisfecho de que en los últimos tiempos la localidad haya llegado a tener “450 personas menos demandando empleo, lo cual habla muy bien de Caudete de cara al futuro inmediato al que tenemos que dirigirnos”.
Nos detenemos un poco más en ese ‘año paradójico’ en el que apuntaba que estamos a nivel político, y Juan Francisco asegura que esta situación produce inseguridad en el empresariado: “El hecho de que no haya una estabilidad política está conllevando que nadie quiera invertir y se esté a la espera de qué va a pasar”, explica.
Sobre si el colectivo como tal siente cierta decepción sobre lo que ha sucedido en los últimos meses en nuestro país a nivel político tras las Elecciones del 20 de diciembre que habrá que repetir en algo más de un mes, el presidente de ASECA apunta que “al final todos somos conocedores de lo que la política ha sido en nuestro país en los últimos años… esto no es nada nuevo; el que haya tanta corrupción en el ámbito de la política no es nada nuevo, lo único que está ocurriendo es que está aflorando ahora, pero viene de atrás; tampoco es una cuestión que se ligue a los Partidos, sino a las personas…”.
Recuerda algo que le dijeron cuando tenía 18 años y que entonces no entendió: “Todos somos corruptos, lo que ocurre es que cada uno tenemos un precio”, una frase que, sin embargo, afirma sí haber comprendido con el paso del tiempo. Apunta que si se buscase el bien general del país antes que intereses partidistas, las cosas serían distintas, pero considera que no se ha estado a la altura en ese sentido: “Tenían que haberse mirado un poquito menos el ombligo y un poco más el futuro del país, debería haberse producido un acercamiento”, señala. Unos acontecimientos que, en cualquier caso, considera que han llegado justo en el peor momento porque ha podido venir a truncar el incipiente crecimiento que comenzaba a experimentar la economía y la situación empresarial a varios niveles.
Centrados de nuevo en la realidad empresarial que ha vivido Caudete, Juan Francisco explica que la influencia de la crisis se dio “por sectores”, haciendo que hubiera empresas que la notasen desde el año 2008, otras desde 2009… y así sucesivamente, porque todo ha dependido “de la capacidad de tesorería de las empresas, el buen funcionamiento y la especialidad de cada una de ellas, y de los profesionales y el equipo que las integraban… todo eso ha sido determinante para hacer que una empresa estuviera o no mejor posicionada para aguantar más la crisis”.
El presidente de ASECA admite que ha habido, quizá, un déficit de atención hacia la formación: “Nos hemos dedicado mucho a trabajar y muy poco a la formación, lo que ha contribuido a que cuando ha venido una crisis como ésta en la que estamos aún sumergidos, no hayamos tenido las capacidades suficientes como para poder hacerle frente”, apunta.
También la situación ha sido más fácil para aquellas empresas que han apostado por la internacionalización y por estar presente en el mercado exterior (que ha suplido los bajos niveles de demanda interna de nuestro país). Esto ha servido para que, aquellas que no habían dado el paso de abrirse paso en nuevos mercados, hayan visto de lo importante que es para sobrellevar situaciones complicadas como las que hemos pasado.
Juan Francisco destaca el apoyo que FEDA en Caudete está haciendo (a través de Redes Sociales, correo electrónico y de la propia sede física) que los empresarios de la zona sean cada vez más conscientes de la importancia de la formación y de esa apuesta por la internacionalización (no en vano, desde la Confederación dedican a estos objetivos numerosas Jornadas, cursos, talleres y charlas que ponen a disposición de todos sus asociados en la provincia y que estos están acogiendo de buen grado).
En esta evolución que Caudete ha sabido afrontar con el objetivo de reponerse a la caída del sector que siempre ha sido su eje de actividad y de empleo fundamental y reinventarse, el presidente de ASECA da la bienvenida a la respuesta positiva que al fin han obtenido a una demanda que venían tiempo haciendo desde el municipio: tener suelo industrial que poner a disposición de empresas que pudieran estar interesadas en asentarse allí para desarrollar sus negocios (y, por ende, contribuir a la generación de empleo en la zona).
En este sentido, el presidente de la Asociación de Empresarios de Caudete señala que existen actualmente diversas empresas interesadas en ello, algunas muy vinculadas a la logística y al medio ambiente; empresas que, como apunta Arrés, “ahora mismo tienen a su disposición más de millón y medio de metros cuadrados de suelo para hacer realidad el sueño de muchos empresarios, y es algo que queremos promocionar (no sólo a nivel de Caudete, sino en el ámbito nacional)”.
El cambio de mentalidad que necesariamente ha tenido que darse en Caudete a nivel empresarial, según explica el presidente de ASECA, ha pasado por “dejar de lado todo lo relacionado con lo explosivo del mercado inmobiliario y de la construcción, muy a merced de las burbujas, y sustituirlo por actividades mucho más constantes y estables (que, aunque conllevan deducción de sueldos e ingresos para las familias, también suponen una seguridad de cara al futuro)”.
Tal y como recuerda Juan Francisco Arrés, el colectivo empresarial ha venido demandando en los últimos años respaldo desde el ámbito político y de las Administraciones (por ejemplo, a la hora de ayudarles en el momento de la creación de las empresas donde asegura que la iniciativa de la ‘ventanilla única’ ha sido un fracaso que ha hecho que el 50% de las empresas haya muerto en el nacimiento).
El otro 50%, afirma que ha muerto “a la hora de la financiación porque, para pedir un crédito, prácticamente hay que depositar todo el patrimonio”; en este sentido, manifiesta que hasta que el sistema financiero no se recupere de sus problemas internos tras la crisis, “va a ser muy difícil que el crédito fluya a quien lo necesita”: acepta que la situación en torno a esto “ha mejorado” en los últimos tiempos, pero apunta que no podía ser de otra forma ya que “hace cinco años no se daba ningún crédito”; se detiene en la reflexión de cuántos de esos créditos son para empresas de nueva creación (o para aquellas que quieren hacer ampliaciones o reformas para estar en el mercado), y asegura que “ése es el camino por el que debemos pelear”.
Sobre el aumento del número de emprendedores y las facilidades que se han podido dar (o no) en este sentido, Arrés apunta que hay mucha gente que al quedarse sin trabajo y sin ingresos, ha visto en esta posibilidad la única vía de seguir adelante para mantenerse y, si bien considera que las ayudas para esto que se han dado desde la Administración han sido positivas y buenas, pero lamenta que no se prolonguen más tiempo.
Y es que subraya que “mucha de la gente que se involucra en ese tipo de andaduras no proviene del ámbito empresarial, sino que son personas que tienen ilusión y ganas de poder mantener a su familia y a las que la Administración debería ‘acompañar’ en ese trayecto mucho más tiempo porque no se aprende a ser empresario en seis meses ni en un año, sino que se hace con el paso de los ciclos y de las crisis, sabiendo afrontar todos los momentos: los buenos y los males; esas ayudas deben prolongarse (si no de manera económica, sí al menos en la labor de asesoramiento…)”.
Sobre los problemas que históricamente ha venido denunciando el colectivo empresarial, el de la economía sumergida y la competencia desleal, Arrés es sincero y cuando le planteamos por qué no se hace nada contundente para poner freno a esto, asegura que “porque hay muchos intereses de por medio por parte de todos”.
Vuelve a aquella reflexión que le hicieron cuando tenía 18 años y reitera la idea: “Cada uno es corrupto, en su medida, pero… ¿quién no ha defraudado a Hacienda? ¿quién no ha dejado de pagar un IVA de una factura? ¿quién no ha intentado evitar pagarle a Hacienda en su declaración de la renta?… yo creo (y está mal que lo diga) que todos hemos intentado maneras de evadir, cada uno en su medida”, dice.
Asegura que este es un problema de educación y que para hacer que un hijo no caiga en este tipo de ‘tentaciones’ los padres deben demostrarle antes que ellos son los primeros que cometen esos errores: “Es una cultura que va ligada al español de alguna manera, y esto hay que cambiarlo desde las familias y con ejemplos reales de los propios políticos… Estoy seguro de que si no hubiese habido evasión de capitales, ni economía sumergida, ni el fraude que estamos viendo por parte de muchas empresas en muchos sectores y de muchos políticos… en España no habríamos tenido crisis ninguna; pero la política de un país es como la de una casa: quien sabe guardar aguanta bien las crisis, pero quien malgasta no llega a final de mes… y eso es lo que le pasa al Estado, no le pasa otra cosa”, concluye.
Fuente: La Cerca