Hay algo que a muchos les resulta chocante y que me gustaría explicar en este artículo de opinión, si bien no está en mi ánimo polemizar más de lo estrictamente necesario. La cuestión es, ¿cuál es el motivo del ensañamiento de Chimo Medina especialmente hacia mi persona? ¿Por qué ha tratado de hacerme daño a través de ese famoso "pacto de gobernabilidad"? ¡Todo tiene su explicación, no lo dudéis!
Desde los últimos años de gobierno socialista, Chimo Medina tenía su espacio para escribir en Caudete Digital. Él mismo me buscó en su momento y me comentó que le gustaría poder escribir artículos de opinión en una sección fija. Yo no tuve ningún inconveniente, siempre que, por supuesto, fuesen firmados por él y se hiciese responsable de sus opiniones. Así, durante mucho tiempo, Chimo utilizó Caudete Digital, como en otras ocasiones había hecho en periódicos comarcales o provinciales, para opinar sobre multitud de cosas y personas sin ningún tipo de problema, salvo cuando Vicente Sánchez Mira quiso denunciarlo en su momento por algún que otro disparate publicado.
El 16 de mayo de 2012, hace justo un año, Chimo Medina, más en la teoría que en la práctica, apoyaba al Gobierno Municipal del Partido Popular. Siendo, precisamente, Concejal de Comunicaciones, ya había demostrado en varias ocasiones que estaba muy acostumbrado a opinar de todo y de todos, pero que de ningún modo estaba acostumbrado a que otros opinasen sobre él… Y fue ese día de mayo cuando yo publiqué un artículo enviado por Paco Hernández, responsable de UPyD, en el que, entre otras cosas, había una frase en la que Paco literalmente decía "Desde luego, no se puede ser más incompetente en política" (para quien tenga curiosidad histórica, puede consultar el artículo íntegro AQUÍ).
Ese mismo día, Chimo (como tantas veces, muy mal aconsejado), me exigió a través del Alcalde que yo retirase de inmediato aquel artículo, ya que la frase antes mencionada la consideraba un insulto. Yo nunca había sentido la censura en mis carnes, pero cuando uno forma parte de un grupo, se encuentra en ocasiones con el dilema de tomar decisiones amargas para no perjudicar a los compañeros. Por lo tanto, llamé a Paco El Rubio y le expliqué el problema que tenía en ese momento con su artículo. Paco, muy amablemente, me indicó que no me preocupase y que lo retirase, y que él personalmente lo explicaría a sus compañeros.
Pero lo grave llegó después… Por la tarde, nuevamente mis compañeros me comunicaban que Chimo (o su abogada…) exigía que yo publicase una disculpa en Caudete Digital por haber publicado aquel artículo de UPyD. Aquello ya colmó mi paciencia, y tuve una conversación telefónica con Chimo muy desagradable, porque le dije todo lo que pensaba sobre aquello, bastante acalorado, por cierto. Según parece, Chimo dice que lo mandé a la mierda (con perdón), pero eso no es cierto. Me inclino a pensar que Chimo creyó oír lo que cualquier persona decente le habría dicho. Lo cierto es que la discusión subió de tono, le llamé censor, y finalmente le colgué. Días después, saqué en un disco todos sus artículos, lo llamé, y le aconsejé que se hiciese un blog independiente de Caudete Digital, donde podría decir libremente lo que le diese la gana.
Desde aquel día, estoy marcado… Y ésa es la razón de su inquina hacia mí. No busquéis otra, porque no la hay.
Y con esto, creo haber contentado a Chimo Medina, quien, como lema de su blog, tiene escrito: "Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda".
Para terminar, estas palabras finales van directamente para ti, Chimo… Recuerdo nuestras conversaciones, especialmente cuando ibas a presentarte, al igual que yo, a las Elecciones. A veces venías con Paco El Rubio y los tres comentábamos en mi taller muchas cosas, con mucha ilusión por todo lo que podía hacerse en el pueblo para cambiar las formas de hacer política… Sinceramente, Chimo, me has defraudado profundamente. No ya como político, sino como persona. A estas alturas ya te lo digo sin acritud, sino más bien con tristeza… Por mi parte, no deseo enfrentamientos, ni contigo ni con nadie. Esto que cuento hoy tenía que explicarlo, era una deuda conmigo mismo, pero a partir de ahora no tengo intención de hablar más de ti, porque tus hechos harán ese papel. Suerte.