Hace unos días conocíamos la renuncia a la delegación de la concejalía de Personal de Ismael Sánchez Tecles, edil de Iniciativa Independiente Caudete. Ismael renuncia a la delegación pocos días después de que lo hiciesen los tres concejales de Ganemos, con lo que ya son cuatro las concejalías que quedan de nuevo a disposición del alcalde.
Por el momento, ni los cinco concejales del PSOE, ni José Vicente Alagarda, de Ciudadanos, que es el concejal de Comercio, Turismo, Desarrollo Local y Empleo, parece que tengan previsto renunciar a sus delegaciones. Los socialistas dirigen concejalías clave, como la de Hacienda, a cargo de Enrique Pagán, en torno a la cual gira la mayor parte de la gestión municipal: sin dinero, no hay posibilidad de gestionar prácticamente ningún servicio de los que actualmente presta el Consistorio.
Las razones que esgrime Ismael Sánchez para abandonar su concejalía son casi las mismas que en su momento adujeron los componentes de Ganemos: fundamentalmente, falta de sintonía con José Miguel Mollá, alcalde de la villa. Considera también, como Ganemos, una irresponsabilidad el sorteo que llevó a cabo Mollá para distribuir las concejalías, pese a lo cual aceptó la suya, y llega a calificar como de «coacción» el ofrecimiento de la delegación. Acusa al alcalde de obstaculizar su labor al frente de la concejalía de Personal, así como de haber incumplido su promesa de asumir la Seguridad Ciudadana.
No se conoce, por el momento, quien, o quiénes, asumirán el control de las delegaciones vacantes: Medio Ambiente, Educación, Bienestar Social y Personal. Hasta que en un Pleno no se delegue en nuevos responsables, será el alcalde el que asuma la dirección de estas áreas.
La posibilidad de una moción de censura está en el ambiente, aunque sin más intensidad que en otras ocasiones. En realidad, esa posibilidad existe siempre en un Consistorio sin mayoría absoluta, pero la tensión entre los grupos políticos, que no se ha rebajado con el trabajo en común, sino todo lo contrario, aumenta la incertidumbre en este sentido. Para los más despistados, cabe recordar que el Partido Popular cuenta con siete concejales, el PSOE cinco, Ganemos tres, Iniciativa Independiente uno y Ciudadanos otro. No hace falta ser un lince para calcular que para ganar una moción de censura hacen falta nueve votos.
A partir de aquí, ya todo son elucubraciones, pero aunque no parece que sea algo que preocupe mucho en la calle, podemos fantasear un poco, ahora que llega el fin de semana…
Vayamos paso a paso… En primer lugar, ¿se dan las circunstancias para una moción de censura? Bueno, la respuesta no es fácil, porque es la pregunta fundamental. Las críticas de casi todos los grupos hacia el alcalde, excepto de Ciudadanos, son unánimes. Si PSOE, Ganemos e Iniciativa se pusiesen de acuerdo en que la situación es insoportable, o se ponen de acuerdo en que quieren «echar» a Mollá de la alcaldía, por unos motivos que tendrían que explicar a los ciudadanos en su momento, las circunstancias sí se darían, obviamente.
Si eso llegase a ocurrir, vendría otra parte importante del puzzle: ¿a quién presentarían de candidato para ser alcalde? Espinoso asunto éste… La lógica parece decir que sería la número uno socialista la que más papeletas tendría en la rifa, atendiendo al número de concejales del PSOE, pero una moción de censura es una situación extrema y excepcional en un gobierno municipal. Por lo tanto, la aritmética aquí no suele funcionar, aunque es una opción. Si esa primera opción no llegase a buen puerto, tendrían que consensuar otro candidato, que podría llegar a ser hasta el representante de Iniciativa Independiente, pese a contar con un solo concejal.
Los problemas que existen a la hora de plantear una moción de censura son varios, pero se podrían resumir en una pregunta: ¿es la situación tan sumamente grave como para poder justificar ante los ciudadanos un cambio de alcalde, máxime cuando ha ganado con claridad, como es el caso, las elecciones? Ante esta tesitura, las dudas son más que razonables, y la prudencia siempre se impone, porque pasos en falso aquí, pueden suponer una caída considerable. Hay quien puede pensar que sí, que es lo mejor, pero otros pueden medir las consecuencias a más largo plazo, y tal vez no lo vean tan claro. Si el potencial nuevo alcalde cree que con sus nuevos compañeros de viaje tiene garantías para poder gobernar, a lo mejor se lo piensa. Pero lo contrario sería quedar en evidencia ante los ciudadanos, y su futuro político quedaría muy tocado. Que un alcalde salido de una moción de censura se quede sin los apoyos suficientes a mitad de mandato, tiene que ser un trago verdaderamente duro.
En Caudete se da otra circunstancia, que no siendo vital, puede tenerse en consideración. Ya sabemos que el actual alcalde cobra su sueldo por diputado, es decir, no sale de las arcas municipales, por lo que el nuevo alcalde tendría dos opciones: o estar todo el día trabajando gratis, o asignarse un sueldo. Habría que ver en ese caso si los supuestos beneficios de un cambio en la alcaldía son merecedores del coste económico para los ciudadanos, especialmente en la crítica situación en la que se encuentra Caudete.
Hay más supuestos y flecos que podría nombrar, y que podrían tener su importancia, pero de momento, como pasatiempo, sobra.
Si queréis saber mi opinión sobre las mociones de censura en general, no ya pensando en Caudete únicamente, sólo soy partidario de ellas si tienen como fin solucionar un problema grave, o bien si se va a obtener un beneficio sustancial para los ciudadanos. Hemos visto espectáculos bochornosos a lo largo de toda la geografía y a cargo de todos los colores políticos con motivo de las mociones de censura, y muchas veces, lejos de solucionar los problemas, los han aumentado.
Con los problemas que atraviesa nuestro pueblo, con una economía anoréxica, con la mala relación existente entre los políticos, y con el añadido de la tan traída y llevada Geursa, que parece que nos va a complicar la situación todavía más, quién sabe si de presentarse una moción de censura no sería incluso secundada por el actual alcalde…
¡Yo, desde luego, me lo pensaría…!
