Con motivo del homenaje que le tributó Caudete el 17 de junio de 2017 a José Olivares Conejero (uno de “Los Últimos de Filipinas”) en el 140 aniversario de su nacimiento, Miguel Requena Marco escribió una serie de poemas, algunos de los cuales se leyeron en dicho homenaje.
Miguel Requena Marco (nieto de Miguel Requena Olivares, primo hermano del cabo José Olivares) nació en Caudete en 1944. Tras cursar los estudios filosóficos y teológicos con los Franciscanos, se licenció en Filología Hispánica en la UAB en 1974, donde después, en 1979, se doctoró. Tras un largo lectorado en una universidad italiana (Padua) y uno corto en otra alemana (Bochum), ejerció su labor docente en la Escuela Universitaria de Traductores e Intérpretes de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde continuó tras convertirse dicha Escuela en la Facultad de Traducción e Interpretación, con algunas asignaturas en el Departamento de Filología Española. Entre otros trabajos de envergadura, preparó la edición de los Episodios caudetanos en 1988, y también la edición crítica, más recientemente, de estos mismos textos.
A continuación están los poemas íntegros.
En recuerdo
Ínclito Cabo Olivares,
estarás siempre presente
entre la sencilla gente
de los caudetanos lares.
[Nota. Versos incluidos en la placa al Cabo José Olivares, puesta en la c/ José Olivares en el Homenaje del 17 de junio de 2017]
Ofrenda
Recibe, Cabo Olivares,
esta corona de olivo
y verde laurel altivo
que, tus gestas militares
removiendo del olvido,
ejemplo de entrega entera
y amor a nuestra bandera,
te ofrece Caudete unido.
[Nota. Estos versos fueron leídos en la ofrenda de una corona de laurel y olivo al Cabo José Olivares en el Cementerio]
Al Teniente Honorario José Olivares
(Héroe del Sitio de Baler, 26 junio 1898-2 junio 1899)
Salve, Cabo Olivares, como todos
en Caudete te llaman comúnmente;
salve, hijo ilustre de esta ilustre villa,
que en las lejanas tierras del Oriente,
en la añorada tierra filipina,
en el no corto asedio de su gente
ejemplo diste defendiendo a España
al venidero mundo y al presente.
Pocos pero bizarros españoles,
en iglesia pequeña constreñidos,
once lunas pasasteis sin descanso
de innúmeros tagalos agredidos.
Asedio, enfermedad, hambre, aislamiento
no consiguen el veros abatidos,
la rendición altivos despreciando
a pesar de benévolos partidos.
En ese cerco recibiste herida,
y dirigiste memorable hazaña;
hicisteis un prodigio de valor
que la pactada rendición no empaña,
y hasta la misma fuerza sitiadora,
admirando proeza tan extraña,
desusados honores os tributa,
épicos defensores de la España.
Honrando tu memoria, tus paisanos,
como ya lo hemos hecho en el ayer,
queremos que tu ejemplo luminoso
brille en el pueblo que te vio nacer.
Gloria y honor a ti, Cabo Olivares,
mílite irreductible del deber;
fama eterna al puñado de españoles
soldados valerosos de Baler.
Miguel Requena Marco
[Nota. Este poema fue leído en el acto del Cementerio]