Tienen nuestras Fiestas esa duración justa que nos deja tristes por su final y, a la vez, aliviados de su intensidad… Es tal la cantidad de actos que se suceden cada día, que quienes pretendemos acudir a todos terminamos, aún sin darnos cuenta, rendidos.

Y no hablo sólo físicamente, sino que son unos días de especial emotividad. Uno siente y se contagia de la emoción de las familias después de un Ruedo de Volantes, o de Banderas, de la preocupación ante la lluvia inminente, de las lágrimas por un mínimo error con la Bandera, de la profunda tristeza de un Capitan entregando su insignia al del año próximo…

Estas pasadas Fiestas han sido un poco más complicadas que de costumbre por la presencia de la lluvia, especialmente la del día 9 de septiembre, puesto que la que cayó el día 7, justo cuando salía de su ermita nuestra Patrona, apenas si influyó en el desarrollo de los actos. Nos permitió, eso sí, volver a ver a nuestra Virgen de Gracia con su chubasquero, aunque eso, cosa curiosa, no reduce su belleza y elegancia cuando los festeros y todo el pueblo la contemplan en el paraje de La Cruz.

Pese a los cambios que hubo que realizar el día 9. como el trasladar al día siguiente el tercer acto de los "Episodios caudetanos", el desarrollo de los actos fue poco traumático, ya que la lluvia no nos pilló de improviso enmedio de ninguno, salvo el acto de enhorabuena a las Capitanías del próximo año, que se resolvió con buen ánimo y poniendo buena cara al mal tiempo, aunque no se puede obviar que el disgusto de los protagonistas iba por dentro y todos lamentamos en esos momentos esa certeza.

Pese a las dudas, la mascletá resultó este año muy bien. No fue muy larga, pero su nueva ubicación y, en especial, su original y espectacular final dejaron muy buen sabor de boca a los que tuvimos la oportunidad de disfrutarla. Desde estas líneas agradezco al pirotécnico su gran interés en agradar a los caudetanos pese al escaso presupuesto, y también le agradezco su esfuerzo del día 9, cuando estuvo luchando toda la tarde con sus compañeros contra la intensa lluvia y el barrizal en que se convirtió la zona de disparo de los fuegos artificiales. Me consta que tuvieron que hacer algún viaje a Valencia para sustituir parte del material dañado y traer refuerzos…

Por mi parte, quiero agradecer a todos el trabajo, muchas veces desinteresado, de Comparsas y Mayordomía, Asociación de Comparsas, Cruz Roja, Protección Civil (un especial saludo a las agrupaciones de Almansa y Alpera por su ayuda el día 6 en la mascletá), la brigada de Obras del Ayuntamiento, Policía Local, Guardia Civil, Departamento de Medio Ambiente, Departamento de Prevención de Riesgos, Caudete Televisión, alcalde de Fiestas y de cuantos han participado, de una u otra manera, en la organización y desarrollo de estas Fiestas 2013.

A partir de ya mismo, se puede decir, anunciar y proclamar a los cuatro vientos que empiezan las Fiestas de 2014.