Artículo de Opinión | José Sánchez Amorós /
En Caudete no se hace una prosaica radiografía tan siquiera. La dependencia de Almansa es tal, cual si este pueblo fuese un suburbio de la heroica ciudad, que si te ordenan una radiografía tienes que presentarte en el hospital de la llamémosla de nuevo localidad ogresa, calificativo que recibió parabienes: se come a Caudete por los pies.
Esta ha sido la experiencia tenida hace unos días. Es decir, que los miles de habitantes de Caudete no tienen categoría para disponer en su ambulatorio de una «máquina de retratar». Así pues, ya es sabido: coges tu motocicleta tan panchamente, una Harley Davidson, en efecto, y te presentas en el Hospital General de Almansa tras un recorrido, chivado por contador, de 31 kilómetros. Una vez allí, te tiran la foto en medio minuto y regresas a Caudete de la misma manera, pero en sentido opuesto. En total, sumas 62 kilómetros.
Y esto es lo que hay, entre otras muchas ventajas, con las que el servicio de salud de la Comunidad autónoma de Castilla-la Mancha, alias el Sescam, premia la fidelidad de esta Famosísima y Orgullosa Villa Vuestra.