El Ayuntamiento de Villena, la Junta Central de Fiestas y la Junta de la Virgen han anunciado hoy la suspensión de las Fiestas de Moros y Cristianos que tendrían lugar en el mes de septiembre, una decisión que se toma por segundo año consecutivo como consecuencia de la situación de pandemia que aún se mantiene y que imposibilita actividades propias de esta celebración.
El alcalde de Villena, Fulgencio Cerdán, acompañado también por la edil de Fiestas, Maite Gandía, afirmó que “me temo que tengo que anunciar una noticia que no me gustar dar, pero ante la situación actual y la incertidumbre para los próximos meses, nos vemos obligados a suspender las fiestas de Moros y Cristianos de este 2021”. Y añadió que “es triste esta noticia, pero entendíamos que era mejor no hacer unas fiestas que hacer algo que no se iba a parecer a como las conocemos”
Cerdán justificó la decisión porque “no está en nuestro planteamiento hacer una fiesta que no se parezca a la que conocemos. Entendemos que es importante mantener la altura de nuestras fiestas, su gran nivel festero, y no un sucedáneo, por muy triste que nos ponga esta noticia”.
No obstante, dejó abierta la posibilidad de hacer actos puntuales, que estén suficientemente controlados en cuanto a aforo y todas las medidas de seguridad contra la Covid-19, pero siempre en función de lo que establezcan las autoridades sanitarias y las recomendaciones de la Conselleria.
Por su parte, el presidente de la Junta Central de Fiestas, Francisco Rosique, destacó el cierre de filas en forma de unanimidad en esta decisión de todas las comparsas porque “entendemos que las fiestas deben celebrarse cuando se celebren con normalidad y no parece que sea posible en este mes de septiembre”. El presidente apuntó que “todo el colectivo considera que nuestra fiesta debe ser abierta y participativa y no excluyente como exige la actual situación sanitaria”.
Rosique recordó que la fecha para establecer el inicio de la denominada “nueva normalidad” es el próximo 1 de septiembre, una “fecha muy próxima a la celebración de nuestras fiestas que hace casi imposible su celebración, y cuando está claro que los desfiles no van a estar autorizados”.
Al respecto, desde la Junta de la Virgen su presidente, Manuel Muñoz, se sumó a la decisión como la “única posible ante esta situación”, y resumió su actividad a lo estrictamente religioso con la Misa Mayor del día 8 de septiembre, puesto que se pueden establecer claros controles de aforo y de cumplimiento de la norma.
Finalmente, el alcalde mantuvo la posibilidad de analizar a partir de agosto la realización de algunos actos muy concretos, de carácter puntual y con absoluto respeto a las exigencias de la Conselleria de Sanidad. Cerdán también aprovechó para agradecer a la consellera Ana Barceló su comprensión, la disponibilidad ante el Ayuntamiento y Junta Central y la claridad de las consignas de seguridad sanitaria.