Abdica el Rey

Editoriales
Vivimos uno de esos momentos históricos que a veces cuesta entender como tal, y que no es hasta que pasan los años cuando nos damos cuenta de su importancia. Juan Carlos I, el Rey de España, ha abdicado. Pero la importancia no la tiene el hecho en sí de la abdicación de un rey, que la tiene, sino que deja el cargo una persona de una gran importancia y trascendencia para este país.

El monarca fue una pieza fundamental en el puzzle de nuestra transición a la democracia. Afortunadamente para todos, tenía las ideas muy claras de lo que quería para su país y supo rodearse, no sin dificultades, de personas con ideas parecidas. Seguramente, de no haber sido entonces, otros habrían llevado a cabo la tarea de democratizar España, pero no fueron otros: fueron Juan Carlos, Suárez y un grupo de entusiastas quienes, junto al resto de españoles, dieron el difícil paso de romper con una dictadura y pasar a una democracia sin morir en el intento.

Hoy mismo, un día en el que lo mínimo que habría que hacer sería mostrar cierto respeto a alguien que ha realizado una labor importante por este país, nos encontramos también con declaraciones de políticos que se podrían calificar como de estúpidas. Por ejemplo, Cayo Lara, Más o Pablo Iglesias, quien obviamente desconoce la historia de su país, deberían de tener un poco de respeto con quien ha hecho posible que ellos estén donde están hoy en día. Por supuesto, no digo que defiendan algo distinto a lo que defienden, sino que hay ocasiones en las que la educación debería hacerse presente por una vez en sus vidas. Y es que en estos momentos está de moda ir contra todo, querer romper el sistema, ser radical… y cualquier excusa es buena para quienes quieren sacar ganancia de la situación.

De todas formas, la inmensa mayoría de los españoles, sobre todo los que pasamos bastante de los cuarenta, sabemos que el Rey ha desempeñado un trabajo de cohesión muy importante. A mí no me parece mal la monarquía si se desarrolla como hasta ahora; es decir, una institución que pueda representar a nuestro país independientemente de la fuerza política que gobierne en cada momento. Y en mi opinión, ha sido mucho más lo positivo, que lo negativo, por mucho que en los últimos años la institución no esté en sus momentos mejor valorados.

Siendo la monarquía algo que irá en desuso con el paso del tiempo, no deja de ser un último refugio para el consenso, y en ocasiones lo ha sido con éxito. De hecho, hasta Santiago Carrillo, líder comunista por si alguien no lo sabe, fue un defensor del rey Juan Carlos, pues vivió en primera persona el azote de la dictadura y los inicios de la transición, y era muy consciente del papel conciliador del monarca. Cada día vemos los estallidos de violencia que se producen en paises que creíamos consolidados, y, sin embargo, España evitó un baño de sangre cuando se daban todas las circunstancias para ello… y no fue una casualidad.

Felipe VI, como llamaremos a nuestro próximo rey, me parece una persona preparada, y a mí me inspira confianza. Leticia, la que será reina, me parece también una persona inteligente y discreta. Ambos forman una pareja que, a priori, cae bien a casi todos. Espero que sepan representar su papel como lo hizo Juan Carlos I, y que desarrollen sus funciones tal y como merece su país.


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