Árbol inclinado

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Artículo de opinión –

Ayer mismo observé, en el Santuario de Nuestra Señora de Gracia, un árbol, concretamente un pino grande, que está bastante inclinado en el acceso a la explanada, posiblemente a causa del Poniente que en Caudete en ciertas épocas del año sopla con violencia.

Dos soluciones son posibles para salvarlo:

La primera es retenerlo con una especie de argolla bien sustentada en una base mediante un tirante, si es necesario, que partiera de un sólido pilón de hormigón armado y que agarrase el tronco, evitando de esta manera que la inclinación acabe por volcarlo.

La segunda puede ser con una suerte de muleta gigante que sirva de apoyo al tronco. Esta solución me viene al recordar cómo estaba un gran árbol, y me pareció muy acertada. Dicho tronco permanecía con un grado de inclinación exagerado, más cerca de la horizontal que de la vertical, en el célebre «Jardín de las Plantas» de la ciudad francesa de Burdeos, que es un ejemplar parque urbano de aquella ciudad. ¡Y no será que allí los árboles no proliferan!

En España, considerando las desastrosas condiciones climáticas actuales, aplicables a la mayor parte de Europa, y la frecuente pérdida de bosques, salvar un solo árbol es ya en sí un éxito. Hoy, que se habla tanto de frenar la debacle del planeta y que tan poco se está consiguiendo.

En mi opinión, talar aquel pino, que intenta «homenajear con su reverencia», yo así lo siento, a la Santa Patrona de Caudete, sería una solución inaceptable, más con la cantidad de árboles y vegetación que las obras de la autovía Valencia-Murcia se están llevando a su paso por el término municipal local.

Autor: José Sánchez Amorós

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