«El misterio del desaparecido retablo de la Virgen del Rosario de Caudete : Un viaje en el tiempo desde el Valle del Vinalopó hasta el Valle del Rin», de Francisco Gaspar Marco Sastre, fue uno de los trabajos ganadores de la I Beca de Investigación Histórica «Francisco José Doménech Mira». La publicación del libro corrió a cargo del Instituto de Estudios Albacetenses «Don Juan Manuel», en colaboración con la Diputación de Albacete, y se presentó en Caudete el 12 de febrero de 2019.
Hace tres días, eldiario.es publicaba un artículo, firmado por José María Sadia, en el que se denuncia que el retablo al que hace mención Francisco Gaspar Marco Sastre en su trabajo continúa en la basílica de San Kunibert, en la ciudad alemana de Colonia, sin que nadie haya hecho ninguna gestión por traerlo de vuelta a Caudete. Al parecer, las leyes de Alemania permitirían la devolución del retablo gótico que, en opinión del historiador Luis Guillermo García-Saúco, «es bastante bueno». Y añade que «la obra tiene su importancia, y la escasez artística que existe en la provincia de Albacete hace que sea aún mayor».
Decepción por la reacción de las autoridades
Sin embargo, Francisco Gaspar Marco dice sentirse decepcionado por la reacción de las autoridades, tanto a nivel regional, provincial, e incluso local, ya que no se ha intentado de ningún modo solicitar y devolver el retablo gótico a Caudete.
La historia del retablo es ciertamente rocambolesca. Aunque en un principio se creía que esta pintura se había quemado en la Guerra Civil, lo cierto es que se trasladó a Alemania. Allí logró salvarse también de los intensos bombardeos aliados sobre Colonia durante la Segunda Guerra Mundial, y tras muchas peripecias, acabó nuevamente en la basílica de San Kunibert.
Habrá que esperar para saber qué destino le aguarda a este retablo, si seguir en Alemania o, por el contrario, si volverá algún día de donde salió tras lo que Francisco Gaspar Marco Sastre afirma que fue una «venta ilegal», ya que «no hubo papeleo oficial de por medio para que la obra saliera».
Fotografías: José Tecles