Un nuevo artículo científico liderado por la Universidad de Alicante (UA), publicado en la prestigiosa revista científica Catena, muestra la existencia de un campo de dunas en Villena datado a finales de la Edad del Hielo. El trabajo presenta una detallada cartografía de un campo de dunas con 45 depósitos de arenas que se extienden a lo largo de 7 kilómetros entre los municipios de Villena y Caudete.
«Algunos estudios realizados entre los años 70 y 90 habían identificado algunas formaciones dunares en esta zona, pero no contábamos con una cartografía detallada, por lo que desconocíamos las secuencias estratigráficas de estos depósitos, así como su edad de formación», apunta el coordinador del trabajo, Javier Fernández López de Pablo, investigador distinguido del programa Gen-T, adscrito al Instituto de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la UA.
«El campo de dunas de Villena presenta yacimientos arqueológicos de gran importancia como Casa Corona y Casa de Lara, cuyas ocupaciones prehistóricas se extienden desde el Mesolítico hasta el final del Calcolítico, o el yacimiento de Casas del Campo, ocupado en época romana y medieval», detalla el investigador de la UA, a lo que añade que «el primero de ellos, Casa Corona, fue excavado durante el proyecto de investigación PALEODEM, que dio lugar a este trabajo. El artículo que ahora publicamos proporciona un marco geomorfológico y estratigráfico para entender cómo se formaron estos yacimientos y en qué condiciones ambientales lo hicieron».
En concreto, en este trabajo han sido datadas mediante el método de Luminiscencia Óptica Estimulada tres dunas diferentes, que arrojan una antigüedad de entre 15.000 y 16.300 años, durante uno de los episodios más fríos y áridos de la última glaciación. Las fechas obtenidas sitúan la formación del campo de dunas de Villena dentro del episodio frío árido conocido como ‘Estadial Heinrich 1’.
Estas fechas son completamente novedosas si se comparan con otros sistemas dunares continentales conocidos en la cuenca del Río Duero, que son posteriores, o en Castilla-La Mancha, que son más antiguos. «Éste es, sin duda, uno de los aspectos más novedosos del trabajo, ya que presenta gran importancia para conocer la evolución de las condiciones climáticas en la región mediterránea peninsular durante la última glaciación», indica Javier Fernández-López de Pablo. El análisis microscópico de las arenas ha permitido concluir que las dunas se formaron a partir de la erosión por la acción del viento, fenómeno conocido como deflación de depósitos de arenas y de suelos próximos.
Además, el equipo de trabajo ha analizado secuencias de paleosuelos, es decir, suelos enterrados, que indican fases de estabilización ambiental que favorecieron el desarrollo de la agricultura por las comunidades prehistóricas asentadas en la zona durante el Neolítico Final y el Calcolítico (hace entre 4.200 y 5.500 años), así como durante época Emiral (siglos VIII y IX d.C.).
Asimismo, en uno de los depósitos se ha identificado por primera vez un suelo formado hace unos 390 años, durante la pequeña edad del hielo, cuyos sedimentos presentan rasgos periglaciares.
En definitiva, el estudio pone de relieve el gran interés científico que presentan las secuencias formadas por dunas y paleosuelos como parte de la historia geológica más reciente de Europa. «La presencia de varios yacimientos arqueológicos en el campo de dunas de Villena, que se extienden desde el Mesolítico hasta época medieval, hacen de este espacio un lugar privilegiado para entender las interacciones entre los grupos humanos y el clima durante el pasado», destaca Javier Fernández López de Pablo.
La investigación, coordinada por el investigador de la UA, ha contado con un equipo interdisciplinar de investigadores formado por Ana Polo-Díaz, de la Universidad del País Vasco, Rosa María Poch, de la Universitat de Lleida, y Carlos Ferrer García, del Museo de Prehistoria de Valencia.
Los resultados de este trabajo de investigación, que integran estudios geomorfológicos, estratigráficos, cronométricos, edafológicos y micromorfológicos, forman parte del proyecto de investigación PALEODEM, financiado por el Consejo Europeo de Investigación, más conocido como ERC.
Fuente: diariodealicante.net