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El debate inútil

caraacaraAnoche me tragué el famoso «cara a cara» entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Sinceramente, no me gustó. Y en algunos momentos, hasta sentí vergüenza ajena.

Yo esperaba propuestas de ambos dirigentes, que se pusiese sobre la mesa qué proyectos piensan implantar en España si tienen oportunidad para ello. Por contra, me quedé sorprendido ante un «debate» inútil, sin contenido y con una absoluta falta de control por parte del moderador, Manuel Campo Vidal. Una cosa es dejar el debate abierto, y otra muy distinta dejar que se convirtiese en un gallinero en el que no se entendía nada de lo que allí se decía. En mi opinión, una enorme falta de respeto hacia los espectadores.

Pedro Sánchez puso en práctica la última alternativa que le quedaba ante unas encuestas que no parece que le sean muy favorables, pero, sinceramente, se pasó varios pueblos. Recurrir a la falta de respeto, al insulto, a no dejar hablar al rival… no creo que fuese muy razonable. Pero oye, cada cual sabrá sus cuentas, y si así piensa que ha ganado votos, mejor para él. Yo, desde luego, no comparto esa forma de hacer las cosas, y menos en un aspirante a gobernar mi país.

A Rajoy se le vió un tanto incrédulo ante lo que se le venía encima. Tan sólo pudo defenderse, y apenas exponer sus propuestas, porque la ametralladora Sánchez lo acribilló una y otra vez con Bárcenas y la señora de Valladolid, y cuando no, con lo que se supone que eran propuestas que en ningún momento sustentó con algo más que titulares. Sánchez obligó a Rajoy a volver a la herencia recibida, al pasado, para tratar de encasillar finalmente el debate en la corrupción. Se quedó en el tintero prácticamente todo.

El resultado final tiene más de sensaciones que de productividad real. Para mí, el debate fue una pérdida de tiempo y de dinero, un gran show mediático y poco más. Se pudo, eso sí, tener una imagen más nítida de ambos líderes, algo que cada cual valorará internamente, pero como herramienta para captar el voto de los indecisos… un fracaso. Iglesias y Rivera tienen que estar hoy algo más que contentos de no haber participado en semejante esperpento.

Si en general los debates electorales no los considero transcendentales de cara a convencer a los electores, éste mucho menos. Ha habido otros en esta misma campaña mucho más interesantes, en  los que también se ha podido hablar de un modo abierto, y con más representantes políticos. Ni siquiera se puede hablar de eso que tanto gusta a los periodistas, es decir, del «ganador» del debate, porque, como digo, no hubo tal debate.

Y, desde luego, vuelvo a remarcarlo: le pongo un negativo a los organizadores y al moderador del «cara a cara».

 

Redacción - Caudete Digital

Miguel Llorens fundó Caudete Digital en el año 2000. Apasionado de la informática y de la comunicación, desde la creación de este diario local ha mantenido su vocación de informar y su espíritu de servicio público.