El Gobierno de España fulmina el diálogo social

Editoriales

Editorial – Caudete Digital /


A estas alturas, no sabemos muy bien el valor real del Estado de Alarma, pero parece que es mucho. No hablo del valor sanitario que, al parecer, ha pasado a un segundo o tercer plano, sino del valor político, cuando el presidente Sánchez es capaz de cualquier cosa, literalmente, por prorrogarlo.

Ayer, por sorpresa, y con ninguna transparencia, el PSOE y Unidas Podemos se aliaron con EH Bildu para aprobar la derogación de la Reforma Laboral, actualmente vigente. Eso sí: lo hicieron tras aprobar otros 15 días de prórroga del Estado de Alarma con la ayuda de Ciudadanos, partido al que traicionaron a continución de forma clamorosa. PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu tampoco informaron con anterioridad de sus intenciones al resto de partidos.

No voy a valorar si la Reforma Laboral es mejor o peor pero, paradójicamente, está sirviendo al Gobierno para poder afrontar esta crisis, ya que no hay que olvidar que los ERTE están basados en dicha ley, por ejemplo, y es de las medidas que más está ayudando a los trabajadores en estos momentos de crisis profunda.

Hoy, todos los agentes sociales, incluidos los sindicatos, están en shock, porque nadie esperaba semejante medida en un momento tan absolutamente delicado. También lo están muchos dirigentes del propio PSOE, como el presidente Page, que se ha mostrado «dolido y perplejo» por el acuerdo con EH Bildu.

Pero son los empresarios de este país los que menos entienden que, dada la situación de emergencia que se vive en España, se produzca ahora semejante terremoto, generando una incertidumbre añadida, cuando no han tenido tiempo todavía de reaccionar ante el desastre provocado por el coronavirus. La patronal ya ha expresado su indignación, y consideran «dinamitado» el diálogo social.

Esto es la gota que colma el vaso para muchos sectores. Estos días atrás ya ha habido ataques por parte de miembros del Gobierno al Turismo, por ejemplo, como las declaraciones de Alberto Garzón en las que ha asegurado que el turismo español es «precario, estacional y de bajo valor añadido». Vamos, que si por él fuese, el Turismo podría desaparecer. Y es que sí, es cierto que quienes trabajan en este sector no ganan lo mismo que un ministro, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que trabajan mucho más. Porque que estas declaraciones las haga el Ministro de Consumo, no dice mucho a su favor, ni del Gobierno para el que trabaja.

El Estado de Alarma se está utilizando políticamente por parte del Gobierno para hacer y deshacer a sus anchas. Se encuentra muy cómodo controlando mucho mejor todo lo que le interesa, incluido el control informativo y de la información, que no es lo mismo, la censura flagrante y, también, el control del derecho a manifestarse de los ciudadanos. Bueno, de unos sí, y de otros no, porque en el País Vasco sí se han autorizado dos manifestaciones para homenajear a dos etarras, aunque ayer no se autorizara la tercera.

Mientras tanto, la gestión de España de la crisis del Covid-19 ya es considerada como una de las peores del mundo por la comunidad internacional. Lo peor es que no hace falta opinar: basta con observar mínimamente los datos. En fallecidos por cada 100.000 habitantes somos los segundos del mundo (Bélgica encabeza el ranking), y en sanitarios contagiados y fallecidos, para qué hablar… En total, casi 28.000 fallecidos en nuestro país.

Así las cosas, ¿era ahora el mejor momento para sumir a España en el caos del mercado laboral, en el enfrentamiento social? ¿Era el momento de echar más leña al fuego? ¿Era el mejor momento para aumentar el temor de las empresas de este país a contratar a trabajadores?

Yo creo, rotundamente, que no.

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