Es una queja reiterada de Marcelo, entrenador del C.D. Caudetano, pero no es el único. La realidad es que la iluminación del campo de fútbol de la Ciudad Deportiva «Antonio Amorós» de nuestra población no cumple las condiciones necesarias para poder disputar partidos oficiales.
Al igual que ha ocurrido en otras ocasiones, el partido entre el C.D. Caudetano y el Pedroñeras no se podrá jugar el próximo sábado por este problema de falta de iluminación, al negarse el equipo visitante a jugar a las 16:00 horas.
Al ser los sábados laborales, no se les puede obligar a los equipos a jugar antes de las 17:00 horas, por lo que el partido se fija por parte de la Federación para el domingo a las 16:00 horas, con el fin de que dé tiempo a terminar con luz natural.
El alumbrado está siendo un problema, y no sólo para los partidos, sino para los entrenamientos. El entrenador del equipo local, Marcelo, ya hizo una petición pública para que se solucionara este tema, pero, por el momento, todo continúa igual.
Por las noches hay bastante actividad en la Ciudad Deportiva «Antonio Amorós», y al estar averiados varios focos, la iluminación es insuficiente, lo que supone un riesgo y dificultades para la práctica deportiva.
La solución pasa por la sustitución de los actuales focos por focos de tipo led, que aportarían una luz de calidad y supondrían un ahorro energético añadido a las arcas municipales.
P.S. Para la gente friolera, una astucia de cajón: bien abrigaditos, mejor salir del recinto urbano. Se observan sin «contaminación luminosa urbana».
¡Hombreee!¡Hombreee! Con lo fácil que es poner solución a eso. También anda un pelín falta de luz la calle Madre Elisea (calle de la Santa). Si bien aquí la ventaja es que aún es factible observar las estrellas, que las tenemos un poco olvidadas y mucha gente aún no es capaz de identificar una constelación tan elemental como la Osa Menor, a la que pertenece la Estrella Polar indicadora del Norte. Está en línea con las dos traseras del carro de la Osa Mayor.
Observar el firmamento en noches claras de invierno es un espectáculo que vale la pena, mejor un millón de veces, por decir una cifra, que tragarse un tedioso programa de la tele.