Los robos de hoy en día

Editoriales
La crisis ha hecho que aumenten los robos domiciliarios, aumento que en el año 2012 supuso un 25% más que en el año anterior. Esto tiene una explicación lógica, no hace falta estudiar mucho para darse cuenta del efecto negativo que una profunda crisis económica como la que atravesamos tiene sobre las estadísticas de criminalidad.

Sin embargo, hay algo que me preocupa mucho, y voy a refererirme sólo a los datos que tenemos en Caudete. Y es que hay una gran cantidad de hechos delictivos que no tienen el objetivo de conseguir dinero, objetos de valor o comida, sino que en muchas ocasiones nos encontramos con actos vandálicos sin más, lo que aquí llamamos "hacer mal, por hacer mal". Destrozar y perjudicar en lo posible por pura diversión, muchas veces conociendo mejor que cualquier ciudadano la ley y, en el caso de los menores, con esa impunidad que les hemos otorgado y que tanto perjuicio nos está causando a todos.

Las Ley del Menor del año 2002 se diseñó con unos fines loables, pero los resultados han sido tan desastrosos, que ya el pasado octubre se introdujeron reformas importantes en la misma, aunque, aún así, la reforma no la considero suficiente. La sociedad se escandaliza, y con razón, cuando tipos de 16 ó 17 años pueden campar libremente cometiendo toda clase de fechorías sin que las autoridades puedan actuar con la contundencia que se merecen. Y no es que un policía o un guardia civil no quiera actuar, sino que la ley está redactada de forma tal que una intervención que no se ajuste a la más estricta legalidad puede dar al traste con la vida laboral, si no algo más, de un agente.

Por lo tanto, hay que ser conscientes de las dificultades que entraña actuar contra la delincuencia juvenil, aunque esto no quiere decir que no se tomen medidas, antes al contrario. En los últimos tiempos estamos asistiendo a un número importante de detenciones por parte de la Guardia Civil de Caudete, y me consta el alto grado de eficacia de nuestros agentes. La policía local, pese a la escasez de medios, también está encargada de la vigilancia del municipio, y la cada vez mayor colaboración con la Guardia Civil, va dando sus frutos.

El vandalismo en el casco urbano también es destacable. Farolas, señales, mobiliario urbano,… Todo es susceptible de ser destrozado por este tipo de sinvergüenzas que sólo tienen esa diversión. Todos nos tendríamos que dar cuenta de que cada farola que se rompe, o cada árbol, o cada papelera, la pagamos entre todos. Por lo tanto, no sería mala idea tomar nota cuando veamos a alguien "actuando". De hecho, hoy en día casi todos los móviles incorporan cámaras, y hacer una foto in fraganti a un tipo de éstos no es muy difícil. Es tarea de todos denunciar a esta gente y no reirles las gracias, sino todo lo contrario.

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