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Mentiras en la Red

Difama, que algo queda. Al valor sagrado de la verdad, se le suma ahora la riqueza poderosa de la mentira. Ha llegado la hora de la desinformación.

La capacidad de informar siempre ha sido un arma de poder. La llegada de Internet abrió la puerta a las llamadas redes sociales, y su uso masivo, extendido sobre la faz de la Tierra, ha puesto la información en la picota. Al menos, la información veraz.

He leído en varias ocasiones las opiniones de un youtuber que tiene cerca de 100.000 seguidores, es decir, una enorme cantidad de personas que están interesadas en todo aquello que dice a través de sus redes. Este chico, español, afirma tajante, entre otras muchas cosas parecidas, que la Tierra es plana, y que las teorías que dicen que es redonda y que viaja a miles de kilómetros por hora en el espacio sideral, no son más que maquinaciones de oscuros centros de poder que así nos lo quieren imponer. Según él, la ciencia no ha probado que la Tierra sea redonda.

Esto podría quedar en anécdota si no fuese porque esas decenas de miles de personas que lo siguen, muchas de ellas en nuestro país, creen a pies juntillas sus afirmaciones. Dicho esto, ¿qué no somos capaces de creer los seres humanos, aunque sea en el siglo XXI?

En los últimos meses estamos viendo en los Telediarios cómo se entrecruzan acusaciones entre Rusia, Estados Unidos, China y otros países, en referencia a la manipulación de las redes sociales, y a las campañas de desinformación que, supuestamente, han servido para que alcance el poder, por ejemplo, el actual presidente de EEUU, Donald Trump. Pero no sólo eso: se estima que en el último año, las campañas de desinformación han influido en 18 elecciones celebradas en 17 países.

A través de miles de perfiles falsos en Twitter o Facebook, fundamentalmente, la propagación de noticias falsas o información manipulada es constante. Es una verdadera guerra cibernética, aparentemente inofensiva, pero que atesora un poder descomunal. Inimaginable. Si 100.000 personas han sido convencidas por un estafador que busca vender libros de que la Tierra es plana, ¿cómo no se va a poder convencer a la gente de que en España hay presos políticos?

Hay fundadas sospechas de que Rusia ha influido en el proceso soberanista catalán. El CNI lo tiene ya muy claro, y quienes nos dedicamos a trabajar a través de Internet… lo hemos podido constatar. Las herramientas son múltiples: desde comentaristas pagados, hasta bots o robots que, a través de las redes, difunden en miles de sitios web las informaciones con las que van cargados. También, a través del hackeo de páginas web con noticias contrarias a determinadas ideologías. Todo vale en esta guerra silenciosa, pero terriblemente incontrolable.

Lo he dicho muchas veces: tener a nuestra disposición una ingente cantidad de información no es sinónimo de estar informados. Pero la mayoría cree que sí. Y en eso se basan los gobiernos para desarrollar sus campañas de manipulación, y por eso contratan a verdaderos ejércitos de hackers informáticos que, cada vez más, campan a sus anchas por el proceloso mar de la información.

España no está incluída en el listado de países «manipuladores», que lideran Rusia y China, pero sí disponemos de un pequeño ejército, que va creciendo, que trata de contrarrestar esos ataques. De hecho, el espacio virtual en nuestro territorio se considera una parte de la soberanía nacional, y como tal, hay que defenderlo.

Redacción - CD

Miguel Llorens fundó Caudete Digital en el año 2000. Apasionado de la informática y de la comunicación, desde la creación de este diario local ha mantenido su vocación de informar y su espíritu de servicio público.