Robos y destrozos en Caudete

Editoriales

No. Los sinvergüenzas que entran a destrozar las viviendas y chalets en Caudete no pasan hambre, ni lo hacen por una necesidad perentoria. Lo hacen porque disfrutan con ello, y porque se sienten inmunes.

La Ley del Menor nos deja a toda la sociedad expuesta al crimen, sin protección alguna. Puede sonar desproporcionado, exagerado y todos los adjetivos que se quiera, pero es, exactamente, así. Un tipo de 16 años puede matar a alguien, robar o cometer cualquier tipo de crimen sin apenas consecuencias. Los jueces no tienen argumentos para meter a estos criminales en la cárcel. Y así nos va.

En Caudete lo sabemos bien. Tenemos a un grupo de delincuentes menores de edad que se dedica habitualmente a ir rompiendo retrovisores de los vehículos, rayándolos, pintándolos, o rompiendo el mobiliario urbano, o destrozando todo aquello que se pone a su alcance. Hace media hora he sido testigo del resultado de uno de estos estragos.

Cuando se cansan, se organizan para algo más «emocionante», y entonces asaltan viviendas. No porque necesiten nada en concreto, sino porque gozan causando mal. Rompen todo lo que pueden, y de postre torturan animales, los queman, o los matan de las formas más crueles que su mente es capaz de imaginar en ese momento. Luego huyen, y si tienen el pequeño inconveniente de ser capturados, no tardan mucho en estar de nuevo en activo.

Según las autoridades, es difícil detener a esta pandilla de criminales, y es complicado parar sus fechorías. La Guardia Civil cumple su parte, pero la ley nos deja, de nuevo, indefensos… Un círculo vicioso, porque ahora tenemos más Guardia Civil, pero aún en el caso de que haya más detenciones, ¿cómo luchar contra aquello que debería protegernos, es decir, nuestras leyes? Las propias fuerzas de seguridad se muestran decepcionadas en muchas ocasiones, porque se juegan la vida en infinidad de ocasiones para que luego los delincuentes ni pisen la cárcel.

Y claro, los vecinos se organizan. Autodefensa. Alguien puede poner el grito en el cielo, pero no seré yo quien lo haga. El hecho de que haya patrullas vecinales que traten de proteger sus bienes no es la solución, pero se entiende perfectamente. Todos tenemos que poner de nuestra parte para evitar que esto siga así, y la solidaridad tiene que ser plena. Sin esperar a ser la próxima víctima…

Yo, como vengo haciendo desde hace muchos años, pido una reforma de la Ley del Menor. No espero mucho, porque la política en este país no atraviesa por sus mejores momentos, y aquí todo se mira en clave de votos, pero seguiré insistiendo a quien me pregunte mi opinión. No puede ser que los delincuentes campen por nuestras calles a sus anchas por el solo hecho de que su DNI todavía no marque los 18 años.

En Caudete, con todo este revuelo, es posible que se frenen un poco los robos y los asaltos. Pero no tardarán en reproducirse, por desgracia. Y algún día pasará algo más grave, y entonces no habrá remedio… La violencia genera más violencia, y alguna vez la impunidad de unos chocará con la rabia largamente contenida de otros. Ojalá me equivoque, pero el asunto ya viene de lejos, y todos estamos ya muy, muy hartos de esta situación.

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